Salud

Un estudio revela que las relaciones sociales son clave para la salud y la longevidad en la vejez

Un estudio realizado a lo largo de una década con más de 1.500 adultos mayores en Estados Unidos concluyó que las relaciones sociales son tan importantes como la salud física para alcanzar una buena calidad de vida en la vejez. La investigación, liderada por Lissette Piedra de la Universidad de Illinois y James Iveniuk de la Universidad de Chicago, fue publicada en la revista Innovation in Aging y forma parte del National Social Life, Health and Aging Project (NSHAP).

Los investigadores identificaron tres tipos de redes sociales entre los adultos mayores: enriquecidas, focalizadas y restringidas, cada una con implicancias distintas para la salud física, emocional y mental. Las redes enriquecidas —caracterizadas por diversidad de vínculos, participación social activa y bajos niveles de soledad— se asociaron con mejores niveles de salud autoevaluada. En cambio, las redes restringidas —pequeñas y centradas casi exclusivamente en el círculo familiar— mostraron una fuerte relación con el aislamiento social y la peor salud general.

El estudio también demostró que estas redes no son estáticas. Por ejemplo, el 43% de quienes estaban en redes focalizadas lograron transitar hacia redes enriquecidas, aunque también hubo retrocesos: pérdidas personales, limitaciones físicas o económicas redujeron los vínculos sociales en varios casos. Las redes restringidas, por su parte, resultaron ser las más estables y difíciles de modificar, con más del 85% de los integrantes permaneciendo en esa categoría al final del estudio.

Los datos también expusieron desigualdades estructurales. Las mujeres, los hispanohablantes y las personas con menor nivel educativo fueron menos propensos a formar parte de redes enriquecidas, debido a factores como discriminación, pobreza, barreras lingüísticas y segregación residencial. Sin embargo, los expertos destacaron que, incluso en condiciones adversas, es posible enriquecer las redes sociales con el apoyo adecuado.

“La soledad tiene enormes implicaciones para la salud cognitiva y física”, advirtió Piedra. “Entender quiénes son más vulnerables y cómo apoyarlos debe ser una prioridad para diseñar intervenciones de salud pública personalizadas que aseguren un envejecimiento saludable para todos.”

Fuentes varias

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