Robert Prevost, el nuevo Papa León XIV, es ciudadano peruano
Ciudad del Vaticano / Lima — La frase “Habemus Papam” volvió a resonar en la Plaza de San Pedro este mayo de 2025, anunciando la elección de un nuevo líder de la Iglesia Católica. Robert Prevost, cardenal nacido en Chicago (EE.UU.) y exobispo de Chiclayo, ha sido elegido Papa bajo el nombre de León XIV. Lo que ha causado especial revuelo en el Perú es que Prevost no solo tiene un profundo vínculo con el país, sino que también posee la nacionalidad peruana.
El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) confirmó que Prevost cuenta con un Documento Nacional de Identidad (DNI) vigente. Asimismo, la Superintendencia Nacional de Migraciones señaló que obtuvo la nacionalidad peruana el 24 de agosto de 2015.
Prevost, de 70 años, es miembro de la Orden de San Agustín y ha dedicado su vida al servicio pastoral, académico y administrativo de la Iglesia. Su historia en el Perú comenzó en los años 80, cuando fue enviado como misionero a Chulucanas, en Piura. Posteriormente, en 2015, fue nombrado obispo de la Diócesis de Chiclayo, donde sirvió hasta 2023. Su labor dejó una huella profunda en las comunidades del norte del país, donde es recordado con cariño y respeto.
En 2023, el papa Francisco lo designó prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes del Vaticano. Un año después fue elevado a cardenal, y en mayo de 2025 participó en el cónclave que eligió al sucesor de Francisco I. De hecho, Prevost fue uno de los dos ciudadanos peruanos que tuvieron voto en este proceso, junto con el arzobispo de Lima, Carlos Castillo.
El cónclave se llevó a cabo en la Capilla Sixtina, como es tradición, y culminó en su segundo día con la esperada fumata blanca al promediar las 11:00 a.m. (hora peruana), indicando que un nuevo Papa había sido elegido.
Desde Chiclayo, cientos de fieles se congregaron en la catedral para celebrar la noticia. Entre rezos, cantos y lágrimas, recordaron el legado de quien ahora liderará a la Iglesia Católica desde el Vaticano, pero con el corazón anclado en tierras peruanas.
Fuentes varias