Salud

Escuchar música favorita activa el sistema opioide del cerebro y alivia el dolor

Un reciente estudio del Centro PET de Turku, en Finlandia, reveló que escuchar música favorita activa el sistema opioide del cerebro, lo que no solo provoca intensas sensaciones de placer, sino que también puede tener efectos analgésicos. Esta investigación ofrece una nueva mirada sobre el poder de la música y sus posibles aplicaciones terapéuticas en el tratamiento del dolor y trastornos psicológicos.

Utilizando tomografía por emisión de positrones (TEP) y resonancia magnética funcional (RMf), los científicos comprobaron que los receptores opioides cerebrales se activan cuando las personas escuchan melodías que disfrutan, generando una liberación química que se relaciona directamente con los llamados “escalofríos placenteros”.

El investigador Vesa Putkinen explicó: “Escuchar música activa el sistema opioide del cerebro. La liberación de opioides explica por qué la música puede producir sensaciones de placer tan intensas, aunque no sea una recompensa primaria como la comida o el sexo”. Por su parte, el profesor Lauri Nummenmaa indicó que estos mismos mecanismos están involucrados en la reducción del dolor, lo que podría explicar por qué ciertos pacientes experimentan alivio al escuchar música.

El descubrimiento refuerza el valor de la musicoterapia, ya que demuestra científicamente cómo la música puede usarse como herramienta para mejorar la salud mental, la gestión del dolor y otros trastornos emocionales.

Este avance se suma a investigaciones previas, como la de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que demostró que los cambios emocionales provocados por la música ayudan a crear recuerdos más vívidos y duraderos. Al modular las emociones durante tareas cotidianas, los voluntarios de ese estudio transformaron experiencias comunes en momentos memorables.

La musicoterapeuta Jorgelina Benavídez, coordinadora del Equipo de Musicoterapia de INECO, destacó que además del placer, la música favorece la estimulación de la memoria, la motricidad fina y la atención. “Estudiar un instrumento es como hacer gimnasia cerebral. Es comparable a aprender un idioma nuevo”, señaló.

Estos hallazgos reafirman la importancia de integrar la música en intervenciones clínicas y educativas, no solo como entretenimiento, sino como herramienta terapéutica poderosa para el bienestar integral.

Fuentes varias

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