Salud

Descubren proteína clave que acelera el metabolismo y reduce la acumulación de grasa en células humanas

Un equipo de científicos del prestigioso Instituto Weizmann de Ciencias, en Israel, ha identificado una proteína que podría transformar el tratamiento de la obesidad y mejorar significativamente la salud metabólica. El hallazgo, publicado en la revista EMBO Journal, revela que silenciar la expresión de la proteína MTCH2 —también conocida como “Mitch”— acelera el metabolismo celular, promueve la quema de grasas y dificulta la formación de nuevas células adiposas.

El estudio fue dirigido por el profesor Atan Gross, quien ya había observado en experimentos previos que los ratones sin Mitch eran inmunes a la obesidad, presentaban mayor resistencia física y mejor función cardíaca. En esta nueva investigación, se logró replicar esos resultados en células humanas mediante técnicas de ingeniería genética, lo que abre la puerta a tratamientos potenciales sin los efectos colaterales de los fármacos actuales para bajar de peso, como la pérdida de masa muscular.

El mecanismo descubierto apunta directamente a las mitocondrias, las centrales energéticas de las células. Al eliminar Mitch, estas estructuras se fragmentan, reduciendo su eficiencia, lo que paradójicamente obliga a la célula a aumentar su consumo de grasas, carbohidratos y proteínas para producir energía. Esta demanda energética constante favorece la degradación de lípidos acumulados y evita la síntesis de nuevas grasas.

“Descubrimos que Mitch determina el destino de la grasa en las células humanas”, explicó Gross. Además, se observó que las células sin esta proteína no solo queman más grasa, sino que también pierden la capacidad de convertirse en células grasas maduras debido a la falta de energía y de señales moleculares necesarias para ese proceso.

El hallazgo es especialmente relevante porque se ha comprobado que personas con obesidad, en especial mujeres, presentan niveles elevados de Mitch, lo que sugiere que esta proteína juega un papel crucial en la acumulación de grasa corporal.

El equipo de Gross, junto a investigadores de instituciones como la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Texas, continúa explorando las aplicaciones clínicas de este descubrimiento. Si se logra desarrollar una terapia que regule Mitch de forma segura, podría representar un avance revolucionario en la lucha contra la obesidad y las enfermedades metabólicas.

Fuentes varias

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