EE.UU. congela más de 2.200 millones de dólares en subvenciones a Harvard por negarse a implementar reformas
Washington, D.C. – El gobierno de Estados Unidos congeló más de USD 2.200 millones en subvenciones federales y USD 60 millones en contratos dirigidos a la Universidad de Harvard, tras la negativa de la institución a acatar una serie de reformas impuestas por las autoridades. La decisión, reportada por The Associated Press, pone bajo presión a una de las universidades más prestigiosas del país y reaviva el debate sobre los límites de la autonomía universitaria.
Las reformas exigidas por el gobierno incluyen cambios en las políticas de admisión, contratación y financiamiento de grupos estudiantiles, así como la prohibición del uso de mascarillas en el campus. Además, se solicita que Harvard deje de reconocer a organizaciones que promuevan actividades consideradas ilegales, violentas o de acoso, entre ellas, manifestaciones con contenido antisemita.
Según datos de la propia institución, los fondos federales representan aproximadamente el 11% del presupuesto anual de Harvard, que asciende a USD 6.400 millones.
La postura de Harvard
El presidente de Harvard, Alan Garber, respondió con firmeza a las exigencias en una carta dirigida a la comunidad universitaria. En ella calificó las medidas como una violación de los derechos protegidos por la Primera Enmienda y una extralimitación de la autoridad del gobierno federal bajo el Título VI, el cual prohíbe la discriminación en instituciones educativas que reciben fondos públicos.
Garber aseguró que Harvard ya ha tomado acciones para abordar el antisemitismo, pero rechazó la imposición de reformas externas que afectarían la libertad académica, el autogobierno universitario y la independencia institucional. “Estos fines no se lograrán mediante la imposición de poderes ajenos a la ley para controlar la enseñanza y el aprendizaje en Harvard”, afirmó.
Presión sobre otras universidades
La medida contra Harvard se enmarca dentro de un contexto más amplio. La Universidad de Columbia ya ha perdido USD 400 millones en financiamiento federal, y otras instituciones como Princeton, Brown y la Universidad de Pensilvania también han sido afectadas por medidas similares. No obstante, algunas de ellas han optado por implementar las reformas exigidas, con la esperanza de recuperar el apoyo económico.
Desde la Casa Blanca, se ha criticado una supuesta “mentalidad endémica” entre las universidades de élite que, a juicio del gobierno, no han asumido su responsabilidad en la defensa de las leyes de derechos civiles, a pesar de recibir fondos públicos.
Apoyo legal y protestas
La decisión gubernamental ha generado un amplio rechazo entre exalumnos, profesores y organizaciones académicas, quienes ven en esta acción una amenaza a la autonomía universitaria. La Asociación Americana de Profesores Universitarios presentó una demanda legal contra el gobierno, alegando que este no siguió los procedimientos adecuados bajo el Título VI antes de retirar los fondos.
Asimismo, durante el fin de semana se registraron protestas en el campus de Harvard y en la ciudad de Cambridge, en defensa de la libertad académica y contra lo que muchos consideran una intervención política indebida.
La controversia ha puesto en el centro del debate nacional temas como la libertad de expresión, el rol del gobierno en la educación superior y los límites de la financiación pública.
Fuentes varias