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China y Estados Unidos buscan reducir tensiones en su primer encuentro oficial en Suiza

Tras años de crecientes fricciones comerciales, China y Estados Unidos intentarán este fin de semana en Suiza sentar las bases para una distensión, en lo que será su primer cara a cara desde el inicio de la guerra arancelaria iniciada por el expresidente Donald Trump. El vice primer ministro chino, He Lifeng, encabezará la delegación de Beijing, mientras que por parte de Washington lo hará el secretario del Tesoro, Scott Bessent.

Desde febrero, cuando Trump impuso nuevos aranceles a diversos socios comerciales, China ha sido uno de los principales objetivos. A pesar de una pausa parcial de 90 días anunciada en abril, el país asiático quedó fuera de esa tregua y vio cómo sus productos eran gravados con tarifas del 145 %. La respuesta china fue inmediata: un arancel del 125 % a bienes estadounidenses.

El encuentro en Suiza, confirmado por Beijing como una iniciativa estadounidense, llega tras semanas de declaraciones cruzadas. Mientras la Casa Blanca exigía a China dar el primer paso, el gobierno chino desmentía contactos directos entre mandatarios. Pese a la falta de claridad sobre quién tomó la iniciativa, ambas partes coinciden en la necesidad de diálogo.

La Cancillería china ha pedido “sinceridad” en las conversaciones, subrayando que su participación responde tanto a intereses nacionales como a las expectativas globales. Paralelamente, el Diario del Pueblo, vocero del Partido Comunista Chino, advirtió que China defenderá firmemente su derecho al desarrollo frente a las “medidas ilegales e irracionales” de Washington, minimizando la importancia del mercado estadounidense en su estrategia exportadora.

En Estados Unidos, el enfoque es más pragmático y centrado en el déficit comercial. Según Bessent, China vende a EE.UU. cinco veces más de lo que compra, lo que —a juicio de Washington— justifica la presión arancelaria. Funcionarios estadounidenses creen que esta situación podría costarle a China hasta diez millones de empleos si no se revierte.

Mientras tanto, se abre una ventana de oportunidad con la llegada del nuevo embajador estadounidense en China, David Perdue, un empresario con experiencia en cadenas de suministro globales. Trump ha resaltado su nombramiento como estratégico en un momento “muy importante” para la relación bilateral.

Aunque el optimismo es cauteloso, analistas como Chen Dongxiao advierten que no se debe esperar un “gran acuerdo” duradero, sino más bien pequeños pactos en áreas específicas. Este encuentro en Suiza podría marcar el inicio de una nueva etapa en la compleja relación entre las dos mayores economías del mundo.

Fuentes varias

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