La verdad sobre el colágeno: lo que dice la ciencia frente a la moda del bienestar
El interés por el colágeno se ha disparado en los últimos años. Suplementos bebibles, cremas y tratamientos inyectables prometen beneficios para la piel, el cabello, las uñas y las articulaciones, pero la evidencia científica sigue siendo limitada y, en muchos casos, contradictoria.
El colágeno es la proteína más abundante en el cuerpo humano y un componente clave de la piel, huesos y tejidos conectivos. A partir de los 25 o 30 años, su producción disminuye de forma natural, lo que favorece la aparición de arrugas y debilidad articular. Factores como la exposición al sol, la mala alimentación y el estrés pueden acelerar esta pérdida.
Aunque consumidores reportan mejoras estéticas —como brillo en la piel o el cabello— tras ingerir suplementos, dermatólogos como Emma Wedgeworth advierten que la ciencia aún no confirma que los productos ingeridos lleguen de forma efectiva a la piel. Las versiones fragmentadas, conocidas como péptidos de colágeno, son una apuesta de la industria, pero sin pruebas concluyentes.
Respecto a las cremas con colágeno, especialistas subrayan que no penetran más allá de la superficie cutánea, lo que limita sus efectos en firmeza o elasticidad. Las inyecciones, en cambio, se utilizan en procedimientos médicos y estéticos, pero requieren supervisión profesional y no están exentas de riesgos.
Existen distintas fuentes, como el colágeno marino (rico en tipo I, el más abundante en la piel) y el bovino, mientras que las alternativas llamadas “veganas” en realidad contienen aminoácidos o vitaminas, pero no colágeno como tal.
Expertos como Faisal Ali, dermatólogo del Hospital Mid Cheshire, alertan que muchos estudios favorables provienen de la industria y presentan posibles conflictos de interés. Investigaciones independientes muestran beneficios modestos, pero no concluyentes.
Algunos ensayos relacionan el consumo de colágeno con cierta mejora en la movilidad de las articulaciones y reducción del dolor en personas con osteoartritis, aunque no alcanza para recomendarlo como sustituto de hábitos saludables.
Los especialistas coinciden en que lo más efectivo para preservar la salud de la piel es apostar por protector solar, buena alimentación y evitar el tabaco. Procedimientos clínicos como el láser o la microaguja sí estimulan la producción natural de colágeno, aunque implican costos altos y supervisión médica.
En conclusión, la ciencia actual no respalda de forma contundente los grandes beneficios atribuidos a suplementos, cremas o inyecciones de colágeno. Los expertos recomiendan precaución, consultar con profesionales y priorizar hábitos probados para cuidar la piel y las articulaciones.
Fuentes varias