Auditores revelan deficiencias en escuelas de educación especial en Connecticut
HARTFORD — Un reciente informe de los auditores estatales reveló serias deficiencias en varias escuelas privadas de educación especial en Connecticut, señalando que algunas no ofrecen los servicios requeridos por los planes educativos de sus estudiantes, contratan personal sin verificaciones de antecedentes y dependen de sustitutos sin certificación.
El análisis se realizó en cinco instituciones: High Road School of Wallingford, Adelbrook Academy en Cromwell, Grace S. Webb School en Hartford, University School JPE en Bridgeport y American School for the Deaf. En cada caso se revisaron los servicios brindados a una quinta parte de la matrícula.
El informe destacó que High Road School de Wallingford solo cumplió con menos de un tercio de los servicios de motricidad fina estipulados en los Planes de Educación Individualizada (IEP), además de ofrecer menos de la mitad de las terapias de consejería individual y grupal requeridas. La Grace S. Webb School también presentó incumplimientos, con apenas el 50% de las sesiones grupales de consejería y el 68% de las individuales.
Los directivos de estas escuelas argumentaron que el ausentismo crónico de los estudiantes dificultó la prestación de todos los servicios. “Atendemos a jóvenes que enfrentan graves problemas de asistencia por razones emocionales o psiquiátricas”, indicó un comunicado de Grace S. Webb. High Road emitió una respuesta similar.
En contraste, Adelbrook Academy reportó un cumplimiento superior al 85% en servicios de motricidad y lenguaje, aunque no pudo documentar adecuadamente las terapias de consejería. Su presidenta, Alyssa Goduti, aseguró que dichos servicios se consideran integrales y ya han actualizado los registros.
El informe también encendió alertas sobre la ausencia de verificaciones de antecedentes. En University School JPE no se halló evidencia de revisiones para ninguno de los nueve docentes analizados, mientras que en American School for the Deaf y Grace S. Webb se detectaron casos de personal contratado sin registros de controles federales.
La falta de certificaciones docentes es otro problema grave. En High Road School, cuatro de los ocho maestros revisados eran sustitutos sin licencia en educación especial. En University School JPE, dos docentes y hasta el propio director carecían de certificación estatal.
Autoridades estatales reconocieron su preocupación y señalaron que están evaluando medidas para reforzar la supervisión. Sin embargo, también recalcaron que la responsabilidad inicial recae en los distritos escolares locales, que deben garantizar que los estudiantes reciban los apoyos que la ley exige.
Organizaciones defensoras de la niñez advirtieron que los hallazgos son una señal de alarma sobre fallas sistémicas en la supervisión. “No se puede dejar a la población más vulnerable sin controles adecuados, porque las consecuencias son inevitables”, expresó Sarah Eagan, ex defensora del menor en Connecticut.
Aunque algunas instituciones ya implementaron sistemas de control más estrictos, el déficit de personal especializado sigue siendo un reto: aún existen 2,500 vacantes en programas de educación especial a nivel estatal.
Emilia Otte (CT Mirror)