InternacionalesNewsletterPrimera Plana

Controversia diplomática entre Perú y Colombia por la Isla Santa Rosa

Una nueva polémica diplomática ha surgido entre Perú y Colombia a raíz de recientes declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien acusó al Perú de “apropiarse” de islas en territorio amazónico. La controversia gira en torno a la isla fluvial conocida como Santa Rosa, ubicada en la frontera entre ambos países.

En una publicación en la red social Twitter/X, Petro señaló que el Perú estaría incumpliendo el Tratado de Río de Janeiro de 1934, al crear el nuevo distrito de Santa Rosa de Loreto en la provincia de Mariscal Ramón Castilla, departamento de Loreto. Según el mandatario colombiano, esta decisión unilateral podría afectar directamente a la ciudad de Leticia, el principal puerto amazónico de Colombia, comprometiendo su acceso al comercio fluvial.

“Puede hacer desaparecer a Leticia como puerto amazónico quitándole su vida comercial”, afirmó Petro, agregando que su gobierno agotará todas las vías diplomáticas para defender la soberanía nacional.

El Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú rechazó estas afirmaciones y aclaró que el territorio en cuestión es conocido oficialmente como Isla Chinería, no Isla Santa Rosa. Según la cancillería peruana, la “Isla Santa Rosa” es un término erróneo que surgió de una división natural de la parte sur de la Isla Chinería. No obstante, ese brazo del río Amazonas que separaba ambas zonas se secó, quedando todo el territorio como una sola unidad geográfica bajo soberanía peruana.

Asimismo, la Asociación de Funcionarios del Servicio Diplomático del Perú recordó que la delimitación territorial entre ambos países fue resuelta mediante el Tratado Salomón-Lozano de 1922, ratificado posteriormente con el Protocolo de Río de Janeiro de 1934. Este tratado entregó a Colombia el llamado “Trapecio Amazónico”, que incluye la ciudad de Leticia, garantizándole acceso soberano al río Amazonas. A cambio, Perú recibió territorios entre los ríos Napo y Amazonas, aunque también cedió más de 100 mil km² entre los ríos Caquetá y Putumayo, donde existían antiguos asentamientos peruanos.

Ambos países, sin embargo, mantienen posturas históricas distintas sobre las implicancias de este acuerdo. Mientras la historiografía colombiana considera el tratado como una cesión significativa de sus derechos históricos, la versión peruana sostiene que fue una concesión importante en favor de Colombia que afectó intereses peruanos.

En medio de esta tensión diplomática, el Perú reafirma que su posición está basada en el respeto al derecho internacional y a los tratados vigentes. La situación pone nuevamente de relieve la complejidad geopolítica y simbólica de la región amazónica y los desafíos históricos que aún persisten en las relaciones bilaterales.

Fuentes varias

Share / Comparte, es gratis!