Salud

Día Mundial de la Visión: cinco hábitos clave para frenar el avance de la miopía infantil

El aumento sostenido de la miopía en niños y adolescentes encendió las alarmas en la comunidad médica internacional. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este trastorno visual —caracterizado por la dificultad para ver con claridad objetos lejanos— podría afectar a cerca del 40% de los niños para 2050, de acuerdo con un estudio publicado en el British Journal of Ophthalmology.

En el marco del Día Mundial de la Visión, que se conmemora cada segundo jueves de octubre, especialistas enfatizan la importancia de la prevención y detección temprana como herramientas esenciales para contener el avance de la miopía desde la infancia.

El Dr. Esteban Travelletti, miembro de la división de Oftalmología del Hospital de Clínicas de la UBA, advierte:

“La visión de los niños es un recurso invaluable. La miopía está en aumento, pero hoy contamos con estrategias eficaces para detectar y frenar su progresión”.

Una tendencia en ascenso mundial

La prevalencia de la miopía infantil crece de manera sostenida. Entre 1990 y 2023, la proporción de niños y adolescentes afectados pasó del 24% al 35%, y se estima que podría llegar al 39,8% en las próximas décadas.
Los mayores índices se registran en zonas urbanas, en adolescentes y en la población femenina. Los síntomas más comunes incluyen visión borrosa a distancia, necesidad de entrecerrar los ojos, dolores de cabeza frecuentes y fatiga ocular.

El Dr. Travelletti señaló que el riesgo aumenta cuando uno o ambos padres son miopes, pero los factores ambientales también son determinantes. “El uso prolongado de celulares o tablets es un factor de riesgo claro”, indicó, además de advertir sobre las posibles complicaciones a largo plazo como desprendimiento de retina, glaucoma, estrabismo o maculopatía miópica.

Cinco hábitos para cuidar la visión infantil

1. Controles oftalmológicos periódicos
Los chequeos visuales deben realizarse desde el nacimiento y repetirse de forma regular. Se recomienda evaluar la vista del bebé a los 6 meses, al año, a los 3 y 5 años y luego anualmente. Si hay antecedentes familiares o síntomas, la frecuencia puede aumentar a cada seis meses.

2. Más tiempo al aire libre
Pasar al menos dos horas diarias al aire libre reduce significativamente el riesgo de desarrollar miopía. La luz natural ayuda a regular el crecimiento ocular y evita el desenfoque visual, siempre con protección solar adecuada.

3. Menos pantallas, más pausas
El uso excesivo de dispositivos digitales está directamente relacionado con la progresión de la miopía. Los expertos recomiendan la regla 20-20-20: cada 20 minutos de actividad cercana, mirar un objeto a 6 metros durante 20 segundos.

4. Corrección óptica y seguimiento médico
Los anteojos o lentes de contacto permiten mejorar la visión y frenar el avance del trastorno. Los controles periódicos con el oftalmólogo son fundamentales para ajustar graduaciones y prevenir complicaciones.

5. Alimentación saludable y protección ocular
Una dieta rica en vitaminas A y C, luteína y antioxidantes es clave para la salud visual. Se debe asegurar buena iluminación, hidratación y protección contra rayos UV.

Una tarea compartida

La prevención de la miopía infantil no depende solo del entorno médico, sino también del compromiso de padres, docentes y comunidades educativas. Fomentar hábitos saludables, reducir la exposición a pantallas y promover actividades al aire libre puede marcar la diferencia en la visión futura de millones de niños.

Fuentes varias

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