Tecnovisión

El adiós al USB: las nuevas tecnologías que reemplazan al accesorio más emblemático de los 2000

Durante más de dos décadas, las memorias USB o pendrives fueron imprescindibles en la vida digital: guardaban trabajos, fotos, videos y documentos que se transportaban fácilmente de un dispositivo a otro. Sin embargo, en la actualidad, este símbolo de la era tecnológica de los 2000 se encamina hacia la obsolescencia.

El avance de las tecnologías de almacenamiento y la expansión del uso de la nube han relegado al USB a usos cada vez más específicos. La combinación de limitaciones técnicas, riesgos de seguridad y nuevos estándares de conectividad ha sellado su declive.

El ocaso del pendrive

La caída del USB se explica por varios factores. En primer lugar, su capacidad de almacenamiento ya no compite con las necesidades actuales. Los archivos en 4K, proyectos multimedia y bases de datos superan rápidamente los límites de las memorias más comunes, que suelen ofrecer entre 64 y 512 GB. En cambio, los discos SSD externos pueden superar los 2 TB con una mejor relación costo-beneficio.

La velocidad de transferencia también marca una diferencia: mientras muchos pendrives siguen usando tecnología flash básica, los SSD con conexión USB-C o Thunderbolt transfieren datos en segundos.

La incompatibilidad de conectores ha sido otro golpe. El viejo USB-A, estándar durante años, ha sido desplazado por el USB-C, predominante en computadoras, móviles y tabletas modernas. La reducción de puertos físicos, impulsada por fabricantes como Apple, acentuó la inviabilidad técnica de los pendrives tradicionales.

Seguridad y durabilidad, otros factores en su contra

El riesgo de pérdida o robo de información es uno de los mayores problemas del USB. Un simple descuido puede dejar datos sensibles expuestos, además de que las unidades son vulnerables al desgaste físico. A ello se suma la propagación de malware: muchos entornos empresariales prohíben su uso para evitar infecciones en sistemas críticos.

Qué reemplaza al USB

  • Discos SSD externos: compactos, silenciosos y con gran capacidad, se han convertido en el principal sustituto físico del pendrive. Su durabilidad y velocidad los hacen ideales para profesionales que manejan grandes volúmenes de información.
  • Tarjetas SD y microSD: siguen siendo una opción práctica y económica, especialmente para cámaras, portátiles y móviles. Con un lector USB-C, se transforman en soluciones portátiles eficientes.
  • Almacenamiento en la nube: servicios como Google Drive, Dropbox, iCloud o OneDrive ofrecen acceso remoto, sincronización automática y colaboración en tiempo real, eliminando la necesidad de soportes físicos.
  • Transferencia inalámbrica: herramientas como AirDrop o plataformas de mensajería (WhatsApp, Telegram) permiten enviar archivos rápidamente entre dispositivos cercanos, impulsando la movilidad digital.

El fin del USB no significa el fin del almacenamiento portátil, sino la evolución hacia métodos más seguros, rápidos y conectados. En la era de la inmediatez y la colaboración en línea, los pendrives se transforman en una reliquia tecnológica que marcó una época, pero que ya cede su lugar al futuro digital.

Fuentes varias

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