Dormir bien podría ayudar a prevenir el Alzheimer, según un nuevo estudio científico
Un nuevo estudio publicado por investigadores de las universidades de California (Berkeley e Irvine) y Stanford sugiere que un sencillo hábito cotidiano —dormir profundamente— podría ser clave para prevenir o retrasar el desarrollo del Alzheimer, la forma más común de demencia en el mundo.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 57 millones de personas viven actualmente con demencia, y se estima que esa cifra podría llegar a los 139 millones para 2050. En este contexto, las intervenciones preventivas, como mantener un sueño profundo y de calidad, se han convertido en áreas clave de investigación.
“Piense en el sueño profundo casi como una balsa salvavidas que mantiene la memoria a flote”, explicó el neurocientífico Matthew Walker, autor principal del estudio. La investigación, basada en el análisis de 62 adultos mayores sanos, encontró que aquellos con indicadores cerebrales tempranos de Alzheimer mostraban mejores resultados en pruebas de memoria si lograban alcanzar fases profundas de sueño de manera prolongada.
Por el contrario, quienes presentaban las mismas señales cerebrales de la enfermedad pero no lograban dormir profundamente mostraron un rendimiento cognitivo significativamente más bajo. En personas sin signos de acumulación de proteínas beta amiloide —marcadores del Alzheimer— el impacto del sueño fue menor, lo que sugiere que el descanso profundo podría tener un rol protector en etapas iniciales de la enfermedad.
Los expertos advirtieron, sin embargo, que la relación entre sueño y Alzheimer es compleja, ya que la falta de sueño puede ser tanto un factor de riesgo como un síntoma de la enfermedad. Se requieren más investigaciones a largo plazo para comprender la verdadera dirección de esta asociación.
Este estudio se suma a una creciente evidencia que señala al sueño como un “factor de riesgo modificable”, al permitir que el cerebro elimine los residuos moleculares acumulados durante el día, entre ellos, la beta amiloide.
¿Cómo lograr un sueño profundo?
La Fundación del Sueño de Estados Unidos recomienda entre 7 y 9 horas de sueño cada noche. Para mejorar la calidad del descanso, el Instituto Nacional de Salud (NIH) sugiere:
- Mantener un horario regular de sueño, incluso los fines de semana.
- Establecer rutinas relajantes antes de acostarse, como leer o tomar un baño.
- Mantener una habitación con buena ventilación y temperatura adecuada.
- Evitar el ejercicio intenso, las siestas largas, la cafeína y el alcohol en la noche.
- No usar pantallas electrónicas en la cama y evitar comidas copiosas antes de dormir.
- Consultar a un médico ante dificultades persistentes para dormir.
Dormir profundamente no solo ayuda a conservar la energía y el estado de ánimo, sino que, según los científicos, podría convertirse en una de las herramientas más accesibles y naturales para proteger nuestra memoria frente al avance del Alzheimer.
Fuentes varias

