¡La belleza está a nuestro alrededor! Por: Carmen Neale*
Hace unas semanas, mientras almorzaba con una amiga en el patio de mi casa, un abejorro aterrizó en la mesa, atraído por nuestras bebidas dulces. Mi amiga quiso matarlo. Cuando la detuve, comenzamos a hablar del reciente movimiento de omitir cortar el césped durante el mes de mayo para ayudar a los polinizadores que son tan esenciales en nuestras vidas.
Mi amiga pensaba que sólo las abejas eran polinizadoras. Buscamos en Google la palabra “polinizadores” y aprendimos que cualquier tipo de abeja o avispa es un polinizador, así como los colibrís, las polillas y algunas mariposas como las monarcas. Incluso las hormigas y el viento pueden ser polinizadores. Los insectos y las aves vuelan de flor en flor llevando el polen necesario para que las plantas se reproduzcan. No lo pensamos mucho, pero nuestra economía depende de estas criaturas. Son necesarias para el crecimiento de la mayoría de las frutas y verduras que consumimos a diario.
La abeja que nos visitó había sido atraída por nuestras bebidas. Lo más probable es que fuera una de las abejas que yo acababa de ver en la azalea cubierta de flores rosadas. Justo antes de que mi amiga llegara, yo había estado admirando la belleza de las flores y la gran cantidad de abejorros que atraía. Hacían un concierto tan bullicioso que yo había abierto la cámara de mi teléfono para tomar fotos. Hasta tomé un par de videos cortos. ¡Qué gloriosa vista y sonido!
Nuestra conversación se volvió más oscura cuando comentamos sobre las sequías e incendios en California y otras partes del oeste y suroeste. En Connecticut somos privilegiados. La realidad es que vivimos en uno de los estados más verdes y bellos del país.
Mi esposo y yo confirmamos esa realidad cuando recientemente condujimos de ida y regreso a California, pasando por unos 20 estados. Nos alojamos un par de días en ocho de los parques nacionales más grandes e impresionantes. Deleitamos nuestros sentidos con las gigantescas estructuras hechas por la naturaleza durante millones de años. Visitamos los parques nacionales de Mammoth Cave, el Gran Cañón en sus bordes norte y sur, Zion, Bryce Canyon, Death Valley, Yosemite, Arches y Badlands. No hay suficientes adjetivos para describir la belleza de los espacios gigantescos en su mayoría deshabitados donde la naturaleza sola ha creado estructuras incomprensibles.
En nuestro recorrido vimos desiertos y magníficas cadenas de montañas, y algunos ríos enormes. De regreso a Connecticut, tuvimos que admirar el contraste de color de nuestro pequeño estado con muchas otras partes del país.
En muchos de los estados que visitamos, su belleza se muestra en una paleta de colores terrosos como marrones, rojos, amarillos e incluso blancos. Vimos colores que no sabíamos que existían en la naturaleza. Pero el verde está ausente en muchos lugares. En nuestro estado todavía disfrutamos de la abundancia de agua y la incomparable variedad de verdes. Los naranjas y amarillos están en las incontables flores, tanto silvestres como cultivadas, y en nuestros árboles en el otoño cuando sus hojas cambian de color.
Mi amiga y yo estuvimos de acuerdo en que todos deberíamos trabajar para preservar la belleza que nos rodea, y no ignorarla. “No podar en mayo” es algo bueno porque crea conciencia sobre la importancia de proteger la fuente de alimento y los hábitats de las pequeñas criaturas que son la base de nuestra cadena alimenticia y que tienen un enorme impacto en nuestra economía.
* Carmen Neale es una abogada y escritora colombiana radicada en Connecticut.

