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River chocó con la jerarquía del Inter y se despidió con una imagen deslucida del Mundial de Clubes

Estados Unidos — River Plate sufrió un duro revés en el Mundial de Clubes al caer 2-0 frente al Inter de Milán, en un partido que expuso las diferencias de jerarquía entre el equipo argentino y el finalista europeo. Pese a un primer tiempo digno y competitivo, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo no pudo sostener el ritmo y terminó desdibujado en el complemento, quedando eliminado en fase de grupos tras sumar apenas una victoria frente a Rayados de Monterrey.

El duelo marcó el contraste entre la propuesta de juego ambiciosa de River y la contundencia táctica del equipo italiano. Lautaro Martínez brilló con un rendimiento superlativo, acompañado por Barella, Dimarco y una sólida defensa encabezada por Bastoni y Acerbi, que neutralizaron completamente a Miguel Borja. La expulsión de Lucas Martínez Quarta por una falta evitable agravó la situación, pero la caída del Millonario ya se venía gestando desde el entretiempo.

Gallardo, el técnico más exitoso en la historia del club, reconoció el bajón y pidió disculpas a los miles de hinchas que viajaron para acompañar al equipo. La imagen final del “Huevo” Acuña persiguiendo a un rival para pelear solo resumió el estado emocional del plantel, que se despidió con frustración e impotencia.

El partido también dejó al descubierto la falta de respuesta de varios nombres del plantel, incluidos refuerzos de alto costo como Mastantuono, quien no logró brillar ante defensores de élite. Tampoco hubo soluciones desde el banco: jugadores como Constantini debutaron en momentos calientes, y figuras como Kranevitter y Aliendro no lograron consolidarse. En ofensiva, las dudas sobre Borja y Colidio se acrecientan, mientras Driussi sigue siendo un recuerdo difícil de reemplazar.

En defensa, errores individuales fueron determinantes. Aunque Paulo Díaz sigue siendo uno de los más confiables, la actuación de Martínez Quarta y la floja entrada de Pezzella acentuaron los problemas estructurales. El equipo carece de solidez y contundencia, dos aspectos vitales en este tipo de competencias.

La eliminación temprana no solo afecta a River, sino que agrava el panorama general del fútbol argentino en el Mundial de Clubes, donde solo los equipos brasileños lograron avanzar. Si bien no se esperaba que el club fuera campeón, la despedida en primera ronda, sumada a fracasos recientes en torneos locales e internacionales, señala la necesidad de una profunda autocrítica.

El reto para Gallardo será reconstruir la identidad competitiva que lo llevó a la gloria, repensar el destino de las inversiones y volver a hacer del lema “vivir y jugar con grandeza” una realidad en el campo, y no solo un eslogan institucional.

Fuentes varias

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