La ciencia desmiente la “regla de los tres segundos”: comer alimentos que caen al suelo sí implica riesgo
La popular “regla de los tres segundos”, según la cual un alimento puede comerse sin peligro si se recoge rápidamente del piso, ha sido desmentida por la ciencia. Diversas investigaciones coinciden en que la transferencia de bacterias y microorganismos ocurre de forma casi inmediata, sin importar si el contacto dura uno, tres o cinco segundos.
Estudios publicados en el Journal of Applied Microbiology y en el International Journal of Food Microbiology demostraron que más del 99% de las bacterias presentes en una superficie contaminada pueden pasar al alimento en segundos. Además, patógenos como Salmonella, Campylobacter o Escherichia coli pueden sobrevivir durante semanas en superficies secas, aumentando el riesgo de infección.
Expertos de la Universidad de Clemson (EE. UU.) confirmaron que ni el tipo de superficie ni el tiempo de exposición garantizan seguridad, ya que incluso suelos aparentemente limpios albergan bacterias procedentes del calzado, mascotas o restos de alimentos. Las alfombras, aunque transfieren menos microorganismos que las baldosas o la madera, tampoco resultan inocuas.
Según el microbiólogo Philip Tierno, de la New York University School of Medicine, los suelos domésticos pueden contener grandes concentraciones de virus y bacterias. Por ello, la mejor práctica es desechar cualquier alimento que haya tocado el piso, sin intentar limpiarlo o soplarlo.
Los alimentos húmedos o grasos —como carnes, embutidos o frutas— presentan un mayor riesgo de contaminación, mientras que los secos tampoco están exentos de peligro. Factores como la humedad, la textura del alimento y la higiene del entorno influyen directamente en la cantidad de bacterias que se adhieren.
La bioquímica Teresa Arnandis demostró en un experimento casero que incluso un breve contacto con el suelo basta para que un alimento desarrolle múltiples colonias bacterianas. Su conclusión, respaldada por la evidencia científica, es clara: no existe un tiempo seguro para comer alimentos caídos, y la única medida eficaz para evitar infecciones alimentarias es no consumirlos.
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