Avances prometedores: investigan un tratamiento innovador para la depresión resistente
Un nuevo estudio internacional abrió una ventana de esperanza para las personas que padecen depresión resistente al tratamiento, una de las formas más severas y difíciles de abordar dentro de los trastornos de salud mental. Una investigación publicada en Nature Communications mostró que la estimulación cerebral profunda (ECP) podría convertirse en una alternativa eficaz para los casos más complejos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 5,7% de los adultos en el mundo vive con algún tipo de depresión. Sin embargo, entre el 30% y el 50% de los pacientes no responde a antidepresivos ni a terapias psicológicas, lo que complica aún más su recuperación.
En este contexto, un ensayo clínico realizado en el Hospital Ruijin de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiaotong de Shanghái evaluó la efectividad de la ECP en 26 pacientes con depresión resistente. Los resultados fueron alentadores: 13 de los 26 participantes mostraron mejoras significativas y nueve —el 35%— alcanzaron una remisión casi total de los síntomas.
Los investigadores también identificaron un posible marcador cerebral que podría anticipar qué pacientes responderán mejor al tratamiento: la actividad theta, un tipo de onda cerebral. Se observó que niveles bajos de esta actividad en el núcleo del lecho de la estría terminal (BNST) antes de la cirugía se asociaron con mejoras más notables en la evolución clínica.
La profesora Valerie Voon, de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Fudan, destacó la relevancia del hallazgo:
“La estimulación cerebral profunda se muestra muy prometedora para abordar la depresión resistente al tratamiento… nuestro estudio nos ha proporcionado un marcador objetivo potencial y muy necesario para determinar qué pacientes responderán mejor”.
¿Qué es la estimulación cerebral profunda?
La ECP es un procedimiento neurológico que consiste en implantar electrodos en regiones específicas del cerebro, capaces de emitir impulsos eléctricos para corregir patrones anómalos de actividad. Aunque se utiliza desde hace años para tratar el Parkinson y otros trastornos del movimiento, este estudio la explora en un contexto psiquiátrico.
En este ensayo, los electrodos se colocaron en dos zonas clave:
- BNST, relacionado con el estrés y la ansiedad.
- Núcleo accumbens, vinculado a la motivación y las recompensas.
Ambas áreas están profundamente asociadas con el desarrollo y mantenimiento de la depresión.
Hacia un tratamiento más personalizado
Uno de los puntos más innovadores del estudio es la posibilidad de diseñar sistemas de “bucle cerrado”, capaces de ajustar la intensidad de la estimulación en tiempo real según los niveles de actividad theta del paciente. Esto permitiría intervenciones más precisas y reduciría efectos secundarios.
El doctor Linbin Wang, coautor del estudio, subrayó:
“La actividad theta podría ayudarnos a personalizar el tratamiento para cada paciente en el futuro”.
Asimismo, el equipo evaluó las reacciones emocionales de los participantes mediante imágenes positivas, neutras y negativas. Los pacientes que mostraron mayor sensibilidad ante imágenes negativas fueron los que menos respondieron a la ECP, lo que refuerza la utilidad de los biomarcadores en la predicción terapéutica.
El neurocirujano Bomin Sun, quien lideró el estudio, destacó la importancia global del hallazgo:
“Este es el mayor estudio realizado hasta la fecha que demuestra que la estimulación cerebral profunda puede tratar la depresión. La depresión es un importante problema de salud pública en China y en todo el mundo”.
Aunque se trata de un ensayo de pequeña escala, sus resultados sientan las bases para tratamientos más personalizados, eficaces y esperanzadores para quienes no han encontrado alivio en terapias convencionales.
Fuentes varias

