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La huella de Giorgio Armani en el cine: del poder en Hollywood a la sofisticación futurista

El mundo de la moda y el cine despiden a Giorgio Armani, el legendario diseñador italiano fallecido a los 91 años, cuya influencia trascendió las pasarelas para marcar a Hollywood y a la industria cinematográfica global. Con casi 200 colaboraciones en películas, Armani redefinió cómo los personajes proyectaban poder, ambición y estilo en la pantalla grande.

Su debut cinematográfico llegó en Gigoló americano (1980), cuando vistió a Richard Gere con trajes de corte relajado y elegante que marcaron una nueva era en la moda masculina. Ese éxito fue el inicio de una relación simbiótica con el cine y con la alfombra roja, donde Armani fue pionero en vestir gratis a actores y actrices para ganar visibilidad, una práctica que hoy es habitual en Hollywood.

Durante las décadas de los ochenta y noventa, Armani consolidó su papel como narrador visual de la ambición y el poder. En Los intocables (1987), diseñó para Kevin Costner trajes que combinaban la estética de los años ochenta con la épica del héroe. En Goodfellas (1990), sus diseños reflejaron el ascenso y caída de los gánsteres, mientras que en El guardaespaldas (1992) contrastó la sobriedad de Kevin Costner con el brillo de Whitney Houston.

Su mirada también alcanzó lo futurista y sofisticado. En Gattaca (1997), vistió a Uma Thurman y Ethan Hawke con trajes minimalistas que subrayaban un universo elitista, y en Batman: el caballero de la noche (2008) y su secuela, Christian Bale llevó trajes hechos a medida que encarnaban la dualidad de Bruce Wayne.

En los años 2000 y 2010, Armani continuó mostrando versatilidad: del vestuario de Kevin Kline en De-Lovely (2004) al esmoquin de Brad Pitt en Bastardos sin gloria (2009), pasando por el poder autoritario de Jodie Foster en Elysium (2013). Ese mismo año, El lobo de Wall Street lo consolidó nuevamente como símbolo de ambición y exceso, con Leonardo DiCaprio en trajes que evocaban la ostentación noventera.

Su última gran huella llegó con El año más violento (2014), donde Jessica Chastain lució un abrigo blanco que se convirtió en metáfora de poder y aspiración social.

El legado de Giorgio Armani en el cine no solo transformó la moda en pantalla, sino que también convirtió al vestuario en un lenguaje narrativo que ayudó a definir personajes, épocas y emociones.

Fuentes varias