Salud

Cuerpo en forma de manzana o pera: cómo influye en el envejecimiento del corazón

Un estudio científico realizado en el Reino Unido reveló que la distribución de la grasa corporal, más que la cantidad total de peso, puede determinar la velocidad del envejecimiento del corazón. La investigación, publicada en la revista European Heart Journal, analizó datos de más de 21.000 participantes del Biobanco británico mediante inteligencia artificial y encontró diferencias clave entre los cuerpos en forma de “manzana” y “pera”.

Los investigadores identificaron que la grasa visceral, localizada en lo profundo del abdomen y alrededor de órganos vitales, acelera el deterioro del sistema cardiovascular. Por el contrario, la grasa acumulada en caderas y muslos, más común en mujeres con cuerpo tipo “pera”, mostró un efecto protector sobre la función cardíaca.

“Sabíamos de la diferencia entre los cuerpos en forma de manzana y pera, pero no estaba claro cómo esto afectaba la salud. Nuestra investigación demuestra que la grasa ‘mala’, oculta en torno a los órganos, acelera el envejecimiento del corazón. Sin embargo, ciertos tipos de grasa, como la de caderas y muslos en mujeres, pueden ser protectores”, explicó el profesor Declan O’Regan, líder del estudio.

Los resultados también mostraron diferencias entre sexos: en los hombres, el patrón de grasa abdominal (“manzana”) se asocia con un envejecimiento cardíaco acelerado, mientras que en las mujeres, el patrón “pera” y los niveles de estrógeno parecen ofrecer cierta protección cardiovascular.

Además, los investigadores cuestionaron la utilidad del índice de masa corporal (IMC) como medida de riesgo, al considerar que no refleja con precisión el impacto del tipo y localización de la grasa en la salud del corazón.

El profesor Bryan Williams, de la Fundación Británica del Corazón, advirtió que la grasa visceral no solo está relacionada con hipertensión y colesterol alto, sino que ahora también se confirma su papel en el envejecimiento cardíaco.

Los expertos subrayan que, aunque el estudio se centró en población británica, sus hallazgos refuerzan la importancia de adoptar hábitos saludables. Mantener una alimentación equilibrada y realizar actividad física regular son estrategias clave para reducir la grasa visceral y proteger la salud cardiovascular a largo plazo.

Fuentes varias