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“Mission: Impossible – The Final Reckoning”: una misión fallida en taquilla con pérdidas millonarias

Por primera vez en su historia, la franquicia enfrenta un abismo financiero que ni Tom Cruise pudo esquivar.

La saga “Mission: Impossible”, emblemática dentro del cine de acción y liderada durante casi tres décadas por Tom Cruise, atraviesa su peor momento financiero con el estreno de su octava entrega, The Final Reckoning. Con un presupuesto de producción récord de 400 millones de dólares —y un costo total que asciende a 550 millones al incluir la promoción—, esta superproducción se perfila como uno de los fracasos más costosos en la historia de Hollywood.

Según Puck News y otros medios especializados, el filme necesitaría recaudar entre 800 millones y 1 billón de dólares en taquilla mundial solo para alcanzar el punto de equilibrio. Sin embargo, tras un mes en cartelera, las cifras globales apenas llegan a los 506 millones de dólares, muy por debajo de lo necesario para evitar pérdidas. Se estima que Paramount Pictures enfrentará pérdidas de entre 200 y 300 millones de dólares, una cifra aún más desalentadora que la registrada con Dead Reckoning Part One (2023), que dejó pérdidas de hasta 200 millones.

La ambición detrás del proyecto no ha sido poca. Tom Cruise y el director Christopher McQuarrie tomaron la decisión en 2019 de filmar simultáneamente las partes 7 y 8, lo que trajo consigo una logística compleja e inédita. Luego, la pandemia de COVID-19 impactó de lleno la producción: siete interrupciones, protocolos estrictos, y costos acumulados sin rodaje durante 19 meses elevaron los gastos de forma exponencial.

A esto se suman incidentes como el incendio en 2020 de un set valorado en 2,7 millones de dólares en el Reino Unido, o la inversión personal de medio millón de dólares que Cruise destinó para crear “burbujas de aislamiento” en cruceros, buscando proteger al equipo del virus. En 2023, las huelgas de Hollywood paralizaron por ocho meses la producción, lo que implicó mantener estructuras millonarias como un submarino de 25 millones de dólares y tanques de agua colosales, mientras los costos seguían corriendo.

Las cifras muestran una tendencia clara: mientras los presupuestos han crecido de forma agresiva, el retorno de inversión ha caído en picada. Las entregas entre 2011 y 2018 ofrecían retornos del 359%, pero Dead Reckoning redujo ese índice al 96% y The Final Reckoning proyecta un ROI negativo de -45%. El intento de elevar el espectáculo ha desbordado las capacidades comerciales de la franquicia.

Esta situación plantea un duro interrogante para Paramount: ¿hasta qué punto es sostenible seguir apostando a fórmulas de alto riesgo en una industria donde incluso los íconos del cine de acción no garantizan el éxito financiero?

Fuentes varias

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