¿Beber agua con hielo en clima caluroso?
Con la llegada de altas temperaturas, la hidratación se vuelve una prioridad, pero una pregunta común surge entre quienes buscan refrescarse: ¿es mejor beber agua con hielo cuando hace calor? La respuesta, según los expertos, es que la mejor opción depende de cada persona.
“El agua es esencial para nuestra salud, y lo más importante es beber suficiente, sin importar la temperatura”, afirma Katherine Zeratsky, nutricionista de la Clínica Mayo. Ya sea fría, templada o caliente, lo fundamental es mantener una hidratación constante que respalde funciones vitales como la regulación de la temperatura corporal, la eliminación de desechos y la lubricación de las articulaciones.
Aunque no existe una temperatura “ideal” para el agua, hay algunas diferencias importantes según el contexto. Para personas físicamente activas o atletas, el agua fría podría ofrecer una ventaja. Un estudio con 45 hombres activos reveló que quienes bebieron agua fría durante el ejercicio experimentaron un menor aumento en la temperatura corporal central. Esto ocurre porque el contacto del agua fría con vasos sanguíneos en la boca y el esófago enfría la sangre, lo cual puede ayudar a mantener el cuerpo más fresco.
El gastroenterólogo Brian Weiner, quien ha estudiado la dieta basada en hielo, respalda esta opción para deportistas que usan equipo pesado o practican deportes exigentes como el fútbol americano o el hockey. “Las bebidas frías son mejores para ellos”, explica.
Por otro lado, algunas personas deben evitar el agua fría. Aquellos con migrañas, sensibilidad dental, acalasia (una afección esofágica) o ciertas enfermedades cardiovasculares pueden experimentar molestias o efectos adversos al consumir bebidas muy frías.
En contraste, las bebidas calientes tienen beneficios en situaciones específicas. Estudios británicos han demostrado que el té caliente o las sopas alivian más eficazmente síntomas del resfriado común, como dolor de garganta o escalofríos. También pueden ser útiles antes de dormir, como en el caso del té de manzanilla o la leche tibia.
“Mi preferencia siempre ha sido el agua muy caliente, y así me hidrato”, comenta Elaine Choung-Hee Lee, profesora e investigadora de la Universidad de Connecticut. “Al final, la clave está en lo que se adapta a ti y en mantener el equilibrio de líquidos”.
Conclusión: La mejor temperatura para el agua no está escrita en piedra. Si bien el agua fría puede ofrecer beneficios puntuales para deportistas, lo más importante para la población general es beber lo suficiente, en la forma que mejor se adapte a su cuerpo y estilo de vida.
Fuentes varias

